* Por Juan Pablo Romano
Lo genial de los proyectos que nos apasionan
¿A quién no se le ocurrió convertir un proyecto de fin de semana en una empresa y dedicarse a eso?
El trabajo que nos gusta o queremos hacer, vamos a llamarlo “esos proyectos apasionantes” son muchas veces el laboratorio para la innovación porque nos permiten ser creativos, refinar habilidades y hacer lo que nos gusta.
Creo que la primer ventaja de estos proyectos es sin duda el total control creativo que nos otorgan, no tenemos que responder las demandas de ningún cliente o ningún modelo de “la empresa”, es una especia de “arma tu propia aventura”. ¿Querés usar una herramienta o stack tecnológico nuevo? ¡usála!, en el peor de los casos no llegas a nada pero aprender algo nuevo y sin presiones de deadlines, fechas de entrega, etc., etc.
Existe una especie de euforia en crear algo nuevo porque podemos crearlo. es el proceso de aprender a usar N herramienta, resolver un problema que nos venia rondando por la mente, etc.
Y a su vez, es necesario tener en cuenta la realidad del trabajo que paga las cuentas, ya que mientras los proyectos que nos apasionan, es decir, el trabajo que queremos hacer es muy más llamativos o nos atrae más, en general es el trabajo con el que pagamos las cuentas aquel que domina nuestro día a día y para mejor o peor, con buenas razones.
Lo genial del trabajo que paga las cuentas
¿El principal? el depósito en la cuenta bancaria a fin de mes que paga el alquiler, comida en la heladera, servicios y si tenemos suerte ahorramos un poco. Además trabajando con compañeros, compañeras y clientes en un equipo te ayuda a exponer lo que sabes, lo que no sabes y aprender más. No pretendamos que solo aprendemos tecnologías nuevas o adquirimos conocimiento cuando trabajamos en proyectos propios ni tampoco tenemos que devaluar o desvalorizar el valor de una red de contactos profesionales robusta, la cual se consigue en el trabajo que hacemos día a día.
Aun más, entregar trabajo de calidad en tiempo y forma con tu equipo para tus clientes es una disciplina que se adquiere en el día a día laboral de ese trabajo que nos paga las cuentas y con el tiempo esto puede acercarnos a mejores ofertas laborales y establecer una buena reputación de tu perfil profesional.
Encontrando el balance justo
Enfocarse únicamente en los proyectos que te apasionan o el trabajo que te gusta hacer sin beneficio económico no parece ser una buena idea, mientras que solo enfocarse en el trabajo que paga las cuentas te va a dejar con hambre de conocimientos. Por lo tanto:
¿Cómo creamos un balance entre lo que nos gusta hacer y lo que paga las cuentas? creo que lo primero es permitirnos disfrutar los momentos que tengamos haciendo los proyectos que nos gustan mientras entregamos resultados de calidad en el ámbito laboral.
Mas claro pero aun así elusivo, es encontrar un trabajo que nos permita la libertad de explorar nuevas tecnologías o trabajar en alguna organización o empresa que ya se encuentre trabajando con esas tecnologías que te gustan: a esto lo llamamos sinergia.
Para ser más estratégicos, acá hay algunas cosas que podes intentar para balancear tus proyectos personales con el trabajo diario.
- El muy conocido y confiable “Time Management”: Dedicar bloques especificos de tiempo a los proyectos que te gustan, y esto puede ser tanto como una hora todas las tardes despues del horario laboral o mismo el fin de semana, lo importante de bloquear tiempo para un proyecto que te gusta, es que no es negociable, no es viable en ese bloque de tiempo hacer algo más.
- Marcar limites claros: Los proyectos personas tienen que ser algo disfrutable y nunca una carga, por lo tanto es importante cuidarse de no transformarlos en alguna forma de trabajo no pago por sobre-comprometerte o por establecer expectativas irreales a vos mismo.
- Monetizar lo que te gusta: Como comente al principio, que sea un proyecto que de momento no monetiza no significa que a futuro no posea market-fit y al final si termine pagando las mismas cuentas que el trabajo diario, por eso, siempre es fundamental explorar si existe alguna manera de monetizarlo y si nos conviene en términos de costo-beneficio
- Reinvertí en vos mismo: Nunca está de más usar un poco de dinero para comprar cursos específicos que nos ayuden a mejorar como desarrolladores o mismo recursos para construir un proyecto, como un dominio o un hosting, etc.
Conclusión
La industria tecnológica siempre esta cambiando, moviéndose y evolucionando, por lo tanto es muy posible que el proyecto que nos gusta desarrollar solo porque nos apasiona o nos gusto, puede ser la fuente principal de ingresos de mañana y por otro lado, un trabajo rutinario puede darnos el conocimiento suficiente del que puede aparecer la idea para un proyecto que nos apasione y resuelva problemas específicos de ese nicho.
Aun así, la pulsión entre los proyectos que nos apasionan y el trabajo pago es real pero no es sobre elegir uno por el otro sino de armonizar entre ambos.
Creo que como desarrolladores e ingenieros de software, nuestra profesión florece en el balance de ambos tipos de trabajo y queda en manos de uno construir ese balance, fusionando ambos elementos para crecer profesionalmente y divertirnos en el proceso.
* Bio del autor:
Juan Pablo Romano nació en 1994. Matemático, programador, nerd, fanático del mate y el fútbol. Trabaja en la actualidad como Gerente de Ingenieria en Adviters, una software factory nacional. Escribe en su blog y le gusta ayudar a las personas a iniciar su carrera profesional en tecnología o en lo que sea.
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