Blanqueo de capitales: balance de la primera etapa y perspectivas para la 2da

Avanza la segunda etapa del blanqueo de capitales propuesto por el nuevo gobierno

El régimen de blanqueo de capitales implementado por el gobierno argentino en 2024 ha concluido a principios de mes su primera etapa con resultados que, según los informes oficiales, han sido favorables tanto para el Estado Nacional como para los ciudadanos que se acogieron al proceso.

El Mg. Jorge Alberto Othar, contador público nacional y especialista en la materia, sostuvo que la percepción gubernamental fue positiva en general. Aunque reconoció ciertas dificultades puntuales en la implementación, como por ejemplo los criterios dispares de las entidades bancarias para la apertura de cuentas o eventual desconocimiento del personal sobre la normativa, afirmó que el gobierno tiene sus argumentos para considerarlo como un proceso de blanqueo sumamente exitoso.

Por otra parte, respecto de la segunda etapa de dicho blanqueo de capitales que está en curso, compartió algunas de sus principales características. Transcribimos:

La segunda fase del blanqueo tiene dos implicancias:

a) en primer término, lo más significativo ha concluido, dado que a partir de la segunda etapa ya no se puede regularizar dinero en efectivo a través de depósitos en cuentas CERA. Más allá de alguna prórroga por situaciones atípicas que se han presentado lo más sustancial del régimen ha finalizado con la conclusión de la primera etapa.

b) La segunda etapa implica una tasa de impuesto del 10 % (recordemos que la de la primera etapa fue el 5%) para la regularización de bienes cuyos propietarios presenten la adhesión y pago adelantado hasta el 07/02/2025.
La tercera y última etapa implica una tasa de impuesto del 15 % (recordemos que la de la primera etapa fue del 5% y la segunda del 10%) para la regularización de bienes cuyos propietarios presenten la  adhesión y pago adelantado hasta el 07/05/2025.

En todo esto, si bien es cierto que un elemento controvertido ha sido la decisión de la provincia de Buenos Aires de no adherir al régimen, lo cual podría dificultar la participación de algunos contribuyentes, Othar señaló que estos factores, así como la credibilidad política del gobierno y la ambigüedad en la comunicación previa, no parecieron influir demasiado en la resolución de los interesados.

Desde una perspectiva más amplia, entonces, el experto valoró los resultados de la primera etapa como exitosos, basándose en la cifra oficial de aproximadamente 20.600 millones de dólares regularizados y una recaudación impositiva cercana a los 266 millones de dólares. Pero más allá de lo concreto, tal vez el valor más importante sea la recuperación en cierta medida de la confianza del ciudadano en el sistema financiero argentino.

“La confianza de los contribuyentes en el sistema financiero, reflejada en el depósito de dólares en cuentas CERA, fue interpretada como un gesto significativo en un país marcado por la memoria de crisis previas”, afirmó.

Aunque muchos pequeños depositantes ya retiraron sus fondos, la mayor parte de los mismo se quedó dentro del sistema. Consultado sobre posibles destinos de los capitales ingresados, Othar estimó que la inversión inmobiliaria y financiera, en ese orden, parecen ser las actividades más estimuladas por esta medida, en lo que resultará de todas maneras en un impacto potencialmente positivo en la economía nacional.

Al respecto, el experto subrayó que más allá de los beneficios fiscales inmediatos, la liberación de bases imponibles para prevenir posibles ajustes de inspección es un incentivo valioso que refuerza la utilidad de esta regularización. En conjunto, el blanqueo de capitales del gobierno liberal se perfila como una herramienta capaz de revitalizar sectores clave como el mercado inmobiliario, financiero y, en menor medida, el consumo interno, dejando abierta la expectativa de cómo estos recursos impactarán en el tejido económico en los próximos meses.