La palabra de Andrea Rossetti
Luego de participar como jurado del Premio a la Mujer Empresaria de la EME CET, Andrea Rossetti, Directora de políticas de género y diversidad sexual, charló con ENE sobre la importancia de visibilizar las historias de las mujeres emprendedoras, cómo fue cambiando el lugar de las mujeres en el mundo empresarial y su impacto en la sociedad.
Cada empresa, cada emprendimiento y cada negocio tiene múltiples historias detrás: algunas son de superación, otras de perseverancia, muchas de trabajo arduo, esfuerzo y pasión. Cuando esas historias salen a la luz, contagian, enseñan y sirven de ejemplo para las nuevas generaciones. El premio “Mujer Empresaria 2017” que realizó la Cámara Empresaria de Tandil y el Espacio Mujeres Empresarias además de reconocer el trabajo de 19 mujeres tandilenses -de las cuales siete resultaron ganadoras- fue fundamental para dar a conocer el espacio que ocupan las mujeres en el mundo empresario de la ciudad.
De la importancia de la visibilización de estas historias, de su participación como jurado en los premios y del lugar que ocupan las mujeres dentro del entramado empresarial tandilense charló Andrea Rossetti, Directora de políticas de género y diversidad sexual, con ENE.
-¿Cómo fue la experiencia de participar como jurado?
-Sumamente enriquecedora porque aparecieron en la discusión, en el debate, distintas miradas técnicas y profesionales. En mi caso, aporté lo que entendía se relacionaba a género, pero fue muy útil también tener indicadores de otras variables en relación a lo que es la evaluación de una empresa, un emprendimiento. Me parece que todo eso puesto en una misma mesa nos permitió un dialogo muy muy fructífero.
-¿Fue difícil elegir a las finalistas?
Sí. De hecho lo conversamos en el final de la tarea: evaluar, ponerse en un rol de entre comillas juez o jueza de historias personales, que son todas de mucho esfuerzo, mucha pasión, de mucho emprendedurismo, siempre es difícil. De todas formas fue muy grato poder repasar historias valiosísimas, y eso también me parece que es un punto a favor de estas iniciativas: visibilizan historias de personas de nuestra ciudad que comenzaron a soñar, que hicieron esos sueños realidad y que además fueron mejorando sus apuestas cotidianamente. Desde ese lugar me parece que fue muy interesante.
Particularmente en lo que se refiere a historias de mujeres. Son todas muy atrapantes. Además, están atravesadas por lo generacional y este mimo -porque me gusta pensarlo así, como un mimo para todas las que participaron, mas allá de esta parte competitiva- lo que permite, lo que posibilita, es eso: visibilizar historias de mujeres que históricamente estuvimos negadas, no solamente en espacios de poder, de decisión (esta aun es una tensión permanente), sino también en esfera pública.
Entonces, en el concurso nos encontramos con emprendimientos donde el corazón es femenino pero sin embargo los voceros o las personas que públicamente representan esa marca son hombres, y eso me parece muy muy útil en pos de resaltar: las historias de esas mujeres emprendedoras de nuestra ciudad.
-¿Qué destacás de las elegidas?
-El espíritu emprendedor, que es un vector que las unifica. En la cuestión generacional me parece que se empieza a visibilizar, cuanto más cerca estamos del presente, una mayor preponderancia del rol de las mujeres emprendedoras que siempre estuvo. Eso me parece fantástico. Destaco también la capacidad de las mujeres de poder atravesar obstáculos. Había historias vinculadas a fracasos que después se remontaron, que implicaron paciencia, posibilidad de esperar resultados, posibilidad de aguantar, ¿no?
El potencial de cada uno de los emprendimientos. Destaco la cuestión afectiva, relacionada a los entramados de armados de equipo, en algunos casos incluso de empresas familiares. Si tengo que elegir una frase, esas historias sintetizan el empoderamiento económico de las mujeres pero detrás siempre hay otras variables personales que se han jugado en eso de dar un salto cualitativo y poder fortalecer cada uno de los emprendimientos.
-¿Como ves la participación de las mujeres en el mundo empresario de Tandil?
-Es impresionante. Son muchas las mujeres que emprenden, hay mucha prueba y error, mucho bajar los brazos pero volver a remar. Me parece que esto a veces no se visibiliza lo suficiente. Los espacios de decisión en muchos organismos, en muchas organizaciones, tienen que ver más con lo masculino, esto todavía sigue siendo una deuda.
De hecho, no es casual que recién ahora estemos llegando a la paridad en la representación política, en las cámaras. Y hay que seguir pinchando para que esto también se de en estos otros espacios, donde en los números aparecen muchas mujeres empresarias o emprendedoras y no necesariamente están en los espacios de decisión, en la mesa chica.
-¿Este tipo de historias y luchas se escuchan en la Dirección de Género?
-Cotidianamente. Cada emprendimiento tiene una historia riquísima en las cual nos podemos sentir identificadas. Son historias que contagian. Me parece que hay redes que se van tejiendo que son muy fuertes y que no solamente tienen que ver con cada emprendimiento, cada empresa individual, sino con un compartir con otras mujeres lo que hacemos, cómo lo hacemos desde nuestro lugar de mujeres, y cómo podemos alentar a otras a que sigan estos pasos.
Eso me parece que es muy enriquecedor, es una energía que es característica de Tandil, que fuertemente se puede ver en estas mujeres que estuvieron en la premiación pero también en estas tantas otras que por ahí no estuvieron nominadas pero que están igual en la diaria y que tienen emprendimientos maravillosos, creativos, útiles y anclados muchos en la responsabilidad social. Me parece que el de las mujeres en nuestra ciudad es un gran presente que se destaca claramente en otros lugares, cuando salimos del territorio.
-¿Se puede decir que las mujeres generan espacios propios en el mundo empresarial, un ámbito liderado por hombres?
-Creo que el avance que se da en los espacios de liderazgo es lento en función de la gran cantidad de mujeres empresarias que son brillantes. Esto tiene que ver con el mismo sistema patriarcal que redunda en su réplica permanente y en sus formas y que se va adaptando. Me parece también que para que las mujeres podamos acceder a espacios de liderazgo, hay todavía ciertas cuestiones que no están garantizadas como el hecho de que las tareas domésticas, las licencias, todo aquello que hace a la equidad todavía es una deuda para poder seguir avanzando.
Sí de pronto hay mujeres que tienen que hacer “un sacrificio muy grande” para participar en espacios que están pensados en horarios donde todavía tienen que hacerse cargo de las tareas domésticas o de organización, una labor que todavía está centrada en esta mente femenina que tiene que dividirse y estar atenta a muchas cuestiones al mismo tiempo. Hay lideresas por todos lados pero eso tiene un costo y el costo tiene que ver con lo físico, con el desgaste, con el tener que demostrar aun en muchos espacios que hay capacidad, talento, que hay brillantez, por decirlo de alguna manera.
-¿Qué impacto tienen estos concursos?
-Me parece que fundamentalmente visibilizan el rol de la mujer, el gran empuje. Hay mujeres que son maravillosas, que tejen vínculos hermosos, que además se dan hasta te diría el lujo de mezclar lo empresarial con la solidaridad. Es un capital humano fantástico y eso es lo primordial. Se visibiliza esto que históricamente se nos ha sido negado a las mujeres. La historia la escribían los hombres y nosotras no aparecíamos.
Esto ocurre en el ámbito de la ciencia, en las batallas. Esto también pasa en el ámbito empresarial, y eventos de esta características me parece que revierten esa lógica y nos impulsan a detectar todo lo que podemos seguir transformando para mejorar no solamente la vida de las mujeres, sino la de sus hijos, hijas, parejas… En definitiva dar un salto cualitativo que es para la comunidad toda.
-¿Cómo ves en un futuro el lugar de las mujeres empresarias de Tandil?
-El futuro es de las mujeres ¡Puede ser un buen eslogan! Cada vez hay mayores libertades, esas libertades van de la mano de procesos de repensarnos permanentemente en relación a los distintos espacios que ocupamos cotidianamente. Eso me parece que es palpable, que es una característica de este cambio de paradigma, así que veo un futuro alentador, inspirador si se quiere. Por supuesto en relación a Tandil, bueno, es un semillero.
Es constante. Nosotras estamos hablando de una cámara empresaria pero fuera de estos ámbitos oficiales o de representación específica hay muchas muchas mujeres emprendiendo y ese es un capital hermoso porque me parece que nos lleva a la independencia y a la emancipación económica, una puerta indispensable para la libertad.
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