* Por Nicolás Arizcuren
El Método Milei para el armado de partidos locales
La irrupción de Javier Milei representó una bomba al sistema político argentino que nadie supo desarmar a tiempo, que muchos subestimaron (y siguen subestimando) y que sin duda ha provocado una transformación que a esta altura parece irreversible. Milei no tiene anclaje en el poder devenido de la mera autoridad presidencial como en los casos de sus antecesores; de hecho, en términos estrictamente políticos tradicionales es sin duda el presidente más débil de los últimos tiempos. Su poder, en cambio, radica en la capacidad de sublimar ese enojo, disconformidad y pulsión de destrucción del sistema tal cual está de una gran parte de la sociedad y reconvertirlo en un proyecto político positivo.
El golpe fue tan dramático y contundente que casi todo el resto de las fuerzas políticas que hasta su llegada mantenían una tensión permanente ideológica y de poder, ahora se constituyen casi de hecho en un partido único de oposición donde por momentos parecen convivir en irónica armonía peronistas, radicales, pro, izquierda, coalición cívica, etc.
Paralelamente emergen al igual que Milei miles de filiales en todo el país que intentan hacer desembarcar las ideas de la libertad en todos y cada uno de los rincones del territorio. Sin embargo, no todo es pegarse en la boleta con Milei y ganar; hay un gran trabajo por hacer en materia de política y de comunicación para estas expresiones de LLA que tienen intenciones de jugar políticamente en los municipios, la mayoría gobernados por estas expresiones políticas tradicionales que harán todo lo necesario por obstaculizar el “aluvión libertario” del 2025.
Primeramente deberán construir una “organización política eficiente”. No tiene sentido orbitar como satélites alrededor de un candidato muchas veces auto impuesto; anímense a organizarse alrededor de figuras outsiders que verdaderamente sientan que los representan por sus capacidades e ideas innovadoras, porque serán ellos los que resuenen (al igual que ustedes) con el electorado.
Es verdad que la política requiere de dinero, pero más importante aún son el tiempo y los recursos humanos. Armar un buen equipo de trabajo, con gente idónea en distintas disciplinas y con buenas ideas. No pierdan tiempo y energía en reuniones catárticas que no conducen más que al desahogo. Es por eso que hay que empezar a valorar el otro activo fundamental: el tiempo.
Cada uno de los integrantes debe ocuparse de un rol y dedicar al menos una o dos horas por día para investigar y trabajar sobre ello, para que al momento de reunirse con el resto del equipo pueda compartir avances concretos. Luego sí, las ideas, ya elaboradas en forma de proyectos, se bajan a la militancia masiva.
Deben saber los lideres del espacio que si acaso están estancados en estas dinámicas negativas de reuniones sin sentido o tienen dentro del espacio personas cuyo aporte conspira justamente contra el “avance” de la libertad, deberán tomar la decisión antipática de sanear el espacio de lo contario, tarde o temprano los que sirven se terminaran yendo. Es momento de hacer, dentro de lo que se puede hacer, de lo que el contexto y nuestra realidad permiten. Hacer, a pesar de las críticas, las contradicciones y los resultados.
Finalmente, desde ahora hasta que llegue el momento de definir candidaturas, es la etapa del posicionamiento estratégico, no solo de candidatos sino de ideas. Es el momento de instalar en agenda primero las problemáticas, hacer consciente a la ciudadanía de las dificultades y las deficiencias de la gestión y luego recién proponer un sistema de ideas que se presenten como la alternativa al modelo actual.
No podemos quedarnos en el bache o las bocas de tormenta tapadas; tenemos que proponer un nuevo municipio, en consonancia con el futuro, la IA, las redes sociales, la participación ciudadana con herramientas digitales. Mostrarnos como una opción verdaderamente innovadora y superadora de las políticas tradicionales.
Hoy las redes sociales permiten disminuir los costos en materia de comunicación política, ya que hay cientos de herramientas gratuitas que se pueden utilizar; sin embargo, es necesario definir correctamente la estrategia con un profesional, para que, al igual que la campaña de Milei, todo ese esfuerzo orgánico, ya sea de militantes o simpatizantes con las ideas de la libertad, se canalice correctamente hacia su partido y luego, a sus candidatos.
En las elecciones de medio término del año que viene no solo se pondrá en valoración la gestión de Milei sino también la verdadera voluntad de cambio de la sociedad y el nivel de implicancia en política que están dispuestos a ofrecer a cambio del país que merecemos.
Estamos a tiempo de hacer buenos equipos, con buena gente, profesionales que entiendan que hay un nuevo lenguaje para hablarle al ciudadano y que la vieja política tiene los días contados.
* Otras notas del autor de “El Método Milei para el armado de partidos locales”:
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