La cerveza artesanal, mucho más que un boom emprendedor

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La cerveza artesanal, mucho más que un boom emprendedor

En el Día del trabajador cervecero, ENE charló con dos referentes del sector. Qué se necesita para mantenerse en pie, por qué es mucho más que una “salida laboral rápida frente al desempleo” y cuáles son los objetivos de la incipiente y flamante industria en la ciudad.

De a poco, Tandil gana terreno en el mundo de la cerveza artesanal. Con un crecimiento sostenido en calidad y volumen de ventas, una oferta creciente de variedades en locales gourmet y bares y una competencia cada vez más pareja con la la clásica cerveza industrial, el fenómeno se sostiene gracias a los emprendedores, empresarios y amantes de esta bebida que busca atraer cada vez más adeptos.

En el Día del trabajador cervecero -un 19 de enero pero de 1936 se fundó la Federación Argentina de Trabajadores Cerveceros y Afines (Fatca)-, ENE charló con dos exponentes del sector. Cuál es la realidad del trabajador cervecero, por qué el oficio es mucho más que una “salida laboral rápida frente al desempleo” y cuáles son los objetivos del incipiente y flamante sector en la ciudad.

 

Una industria en construcción.

Mariano Di Savino es bioquímico, tiene su propia fábrica de cerveza y es uno de los productores que forma parte de la asociación de cerveceros artesanales de la ciudad, una cámara que se empezó a gestar hace un año, que cuenta con el apoyo del Municipio, la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y el INTI y que se encuentra, con la ayuda de la Cámara Empresaria de Tandil, armando su marco legal. Hoy en día son diez cerveceros.

No somos la totalidad del universo de Tandil pero somos los que arrancamos y vamos a continuar hasta que le podamos dar este marco legal. Ahí sumaremos al resto de las voluntades, que deben ser unas 20 personas más interesadas en ingresar”, confía Savino. Además de vender en la ciudad, muchos de estos cerveceros ubican su producción en localidades vecinas: Mar del Plata, Olavarría, Balcarce y Azul.

Emilio Pardo es uno de los dueños de Tandilia. Hace un año y medio, junto a Ricardo Camgros y Matías Yanuzzio, decidió apostar al mercado de la bebida. Hoy, la fábrica trabaja turnos de ocho horas y cuenta con seis trabajadores. También forma parte de la asociación. “Nosotros nos fuimos formando de a poco -dice Emilio en diálogo con ENE-. Al principio, ninguno era cervecero. Ni siquiera fuimos homebrewers. Nos fuimos involucrando en el rubro y aprendiendo. Además, nos nutrimos mucho de nuestra experiencia en otros rubros”.

Empujados por la falta de una tradición local, los socios de Tandilia tuvieron que investigar y aprender por su cuenta. “No hay mucha experiencia en el rubro en esta zona, no es que vos ponés un aviso en el diario que diga “busco gente para trabajar en fábrica de cerveza” y va a aparecer alguien como sucede en la industria de la leche, el campo o la metalmecánica”.

Si bien en Tandil hay empresas con trayectoria como Quarryman, otras incipientes como Tandilia, pequeños productores y homebrewers, la realidad del pequeño trabajador cervecero hoy cuenta con más futuro que pasado.

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Somos todos minúsculos –dice Savino-. ¿Y cómo nos encontramos hoy? Persiguiendo la demanda, intentando invertir dentro de lo que se puede. Todos los cerveceros queremos crecer, así que estamos todo el tiempo intentando hacerlo. La demanda nos supera a todos, hasta a los más grandes. Por eso intentamos perseguirla como mejor podemos”. Además de mayor demanda y más cantidad de locales de consumo, la actividad creció en cantidad de personas involucradas “de los dos lados del vaso”.

Hay mucha gente hablando, haciendo y tomando cerveza artesanal. Hay mucha gente haciendo cerveza para consumo personal, algunos con intenciones de venderla en un futuro y otros con intenciones de seguir consumiéndola a nivel artesanal, como el que hace sus propias conservas. Antes no era así”, completa Savino.

 

Boom cervecero y ¿una fácil salida laboral?

Durante el 2017 y en plena campaña electoral, el aquel entonces precandidato a senador por Cambiemos, Esteban Bullrich, lanzó una frase que ató la cerveza artesanal a una hipotética rápida generación de empleo a través del emprendedorismo. “Hay que ayudar a los bonaerenses a generar proyectos propios. Ahora en La Matanza y en otros lugares del Conurbano, los emprendimientos de las cervecerías artesanales están creciendo muchísimo”, sostuvo el ex ministro de Educación.

Para Savino, quien fabrica cerveza hace más de 18 años, si bien puede ser rentable en el corto plazo, para sostener una empresa se necesita inversión y calidad, conocimientos específicos, responsabilidad y controles -se trata de la elaboración de un alimento-. Y lograr una cerveza rica, un aspecto no muy fácil y fundamental.

“La cerveza es un alimento que tiene que ser tratado con respeto. No cualquier emprendedor es un emprendedor del rubro alimenticio. No es lo mismo fabricar zapatos o clavos que fabricar un alimento”.

En relación a la calidad, Savino resalta: “Hay un lema que dice cerveza hace cualquiera, cerveza rica muy pocos, y cerveza excelente nadie. Es muy difícil hacer cerveza rica, y lleva muchos años. Entonces por ahí mucha gente se piensa que fabrica 200 litros, los vende y gana plata, pero hay que ver si esa persona le vuelve a comprar esos 200 litros. Entonces, en el inmediato, lo que uno fabrica lo vende. Pero en el mediano plazo no sé si es tan rentable, porque ya la gente no compra cualquier cosa. Si vos no lográs una calidad de manera rápida, no permanecés en el mercado”.

Emilio, por su parte, coincide con Savino y hace hincapié en la propia experiencia. No sé si es muy buen consejo. Este es un rubro que está en auge, y uno con una inversión (no sé si muy chica, pero tampoco muy importante) puede arrancar. Pero después el rubro requiere de otro tipo de inversión, otro tipo de maquinaria… Nosotros arrancamos con una planta mediana, y rápidamente nos dimos cuenta que esa planta quedaba chica y tuvimos que pasar a una más grande. Estamos hablando de un nivel de inversión altísimo”, señala el empresario.

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Con una inversión chica se puede hacer cerveza, pero otra cosa es comercializarla y vivir de ese negocio. Por ahí es cierto que hay mucha gente que emprendió en este camino y por el auge y la cantidad de consumo pudo superar etapas. Pero no sé si “me quedo sin trabajo, me compro un equipo de cerveza y me pongo a trabajar de esto” es una regla general. Es algo complicado, porque además estás haciendo un producto alimenticio”.

 

Con el sello local.

Un nombre, una referencia local. Así nació la idea de bautizar Tandilia a la fábrica de cerveza. Y así los dueños de esa empresa dejaron en claro el propósito de posicionar a la ciudad dentro del mapa de la bebida artesanal. “Yo creo que el sector cervecero local va rumbo a una estabilización. De producto, van a sobrevivir los que hagan calidad. Nosotros apuntamos a hacer la cerveza de Tandil, por eso nos llamamos Tandilia. Queremos serlo y vamos a serlo. Nos va a llevar tiempo”, confía Emilio.

Nosotros hace un año y medio no sabíamos hacer cerveza y hoy tenemos una fábrica que pisa los 30 mil litros y que sigue creciendo”. Entre los planes a corto plazo, Tandilia está muy cerca de abrir un bar. “Queremos terminar siendo un paseo turístico de la ciudad. Que la gente visite la fábrica, vea como se hace la cerveza y pueda también comer y tomar cerveza en el mismo lugar”.

Para Savino, por su parte, el sector necesita madurar –“somos la cancha de pádel hace 15 años”, ejemplifica-, aunque confía en que el mercado se va a expandir. “Van a quedar en pie los productores más eficientes y con mejores cervezas”, dice. En cuanto al consumidor, el bioquímico señala que la gente conoce y sabe más de esta bebida que hace unos años. “Eso es muy sano, está muy bueno y eleva la vara para los productores: nos obliga a hacer cada vez mejores cervezas, algo saludable para los que queremos hacer las cosas bien”.

Sobre al futuro, y desde la asociación, Savino es tan metódico como optimista. “Nuestro propósito primario es la calidad de la cerveza. Este año estamos obteniendo una línea de crédito para lograr que Tandil sea conocido como un polo cervecero de calidad. Además, Vamos a tener capacitaciones para mejorar nuestra cerveza: nuestra producción va a ser evaluada por jueces internacionales y por laboratorios reconocidos, así que vamos a encarar eso dos frentes de ataque; mejorar la calidad de la cerveza y mejorar la calidad del cervecero”.

Todo el trabajo, desde la asociación, estará fomentado por el conjunto de productores. Si bien somos competidores en lo directo, al fin y al cabo somos pares y todos queremos lo mismo: productos de calidad. Si Tandil es posicionada como una referencia de calidad en la zona, nos beneficiamos todos. Ese es nuestro objetivo”.

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