* Por Nicolás Arizcuren
Mal educados
El día martes pasado, se llevó a cabo una multitudinaria marcha (como para no perder la costumbre) esta vez en nombre de la educación y las universidades. De los creadores de la patria no se vende, no al DNU, no a los despidos, no al cierre del INADI, Télam, el INCAA, Cocineros Argentinos, Zamba y el “telo” que funcionaba en el Ministerio de justicia, hoy el “eje del bien”, que básicamente estaría compuesto por todo el arco político responsable de que el país haya llegado a la trágica instancia de votar un panelista de TV, se juntaron para marchar con cara de compungidos y abrazados para dar un mensaje de unidad frente al gobierno totalitario de Milei que quiere cerrar las universidades, pero es tan malévolo que para disimularlo le depositó más de 21 mil millones de pesos.
Es un secreto a voces que el sistema educativo es una bomba que nadie quiere desarmar porque tiene millones de cables y cualquiera que cortes explota. En los últimos 20 años todas las medidas que se han tomado han sido en término cuantitativos, más presupuesto, más docentes, más horas, más años de obligatoriedad. En términos cualitativos el único momento cuando escuchamos hablar a los políticos sobre la educación es cuando aparece algún video de alguna profesora oligofrénica gritándole a los pibes y tratando de persuadirlos de que voten al kirchnerismo.
“Los sistemas de educación, son una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican.” Michel Foucault
La situación es grave y no tomamos dimensión del daño que provoca, sin embargo, la clase política no quiere meter mano y los padres no tenemos herramientas de presión ni representatividad más que el chat de mamis.
Por consiguiente, actualmente los Gremios son quienes tienen mayor influencia en el sistema educativo. Que para que tomen dimensión de que se trata, es como llevarle tu hijo a Baradel a la casa de lunes a viernes, cuatro horas durante doce años, para que él lo eduque.
El sistema es completamente obsoleto. Mientras fuera de la escuela interactúan con pantallas, tutoriales, algoritmos, inteligencia artificial y cientos de estímulos por minuto el ingreso a la escuela es como un viaje al 1900. Michel Foucault se regocijaría al ver que su tan afamado “panóptico” todavía sigue firme en los establecimientos educativos donde además de vigilar y castigar, se estandarizan los contenidos procurando que todas las capacidades innatas de los niños queden completamente sepultadas bajo los kilos y kilos de libros, fechas, nombres propios que al cabo de unas semanas luego del examen terminan olvidando. Todo esto para que luego de doce años, (sí, doce años, lo que tarda cualquier persona en convertirse en experto en cualquier cosa) salgas a la calle sin saber qué hacer de la vida y con la sensación de no servir para nada. Tranquilo, ya viene la Universidad al rescate para capacitarte durante 6 años más con libros escritos hace medio siglo en profesiones que ni siquiera sabes si no van a ser reemplazadas por IA para cuando termines la carrera.
“La educación efectiva no se trata solo de llenar mentes con información, sino de encender el deseo de aprender y explorar el mundo.” Howard Gardner
Dato mata relato
A pesar de que no se puedan hacer evaluaciones de desempeño docente de lo que no se pueden escapar es de la percepción de la sociedad y de sus mismos colegas acerca de la realidad educativa. La educación nacional enfrenta una situación crítica, según revela la encuesta nacional realizada por el Observatorio Hacer Educación de la Universidad de Buenos Aires. En esta encuesta, tanto los ciudadanos como la comunidad educativa expresaron su preocupación, otorgando a la educación una calificación por debajo de la mitad en una escala del 0 al 10, con una puntuación promedio de 4,89 por parte de la población general y 5,44 por parte de los docentes.
Las Pruebas PISA 2022 revelaron una imagen inquietante de la educación en Argentina. Según los resultados, el 72,9% de los estudiantes no alcanza los niveles mínimos de conocimiento en Matemáticas. Además, aproximadamente la mitad de los alumnos no logra los requisitos mínimos de aprendizaje en las áreas de Lectura y Ciencias.
Así, la Argentina se ubicó en el puesto 66 de 81 países en el reciente ranking que mide la calidad educativa y de aprendizaje en alumnos de todo el país.
¿Usted llevaría su auto a un mecánico que se encuentra entre los peores de la ciudad? ¿Y qué sistemáticamente viene empeorando los resultados y, sin embargo, le pide más y más plata para solucionarlo?
Suena absurdo, sin embargo, con la educación no tenemos más remedio porque es obligatoria. El estado nos obliga a entregar nuestros hijos a un sistema que el mismo estado y los mismos docentes reconocen que no funciona.
Y otro fantasma del que nadie quiere hablar es justamente las cuestiones no solamente relacionadas con el bullying, sino también de las consecuencias emocionales de someter a los niños a instituciones disciplinarias del siglo pasado donde hasta para ir al baño hace falta autorización.
“La educación que valoramos, modela y promueve no es aquella que se limita a la adquisición de información, sino aquella que busca formar individuos capaces de pensar críticamente, resolver problemas y actuar de manera ética.” Howard Gardner
Ansiedad, frustración y depresión son la antesala de una de las estadísticas más aterradoras. Los suicidios constituyen la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años (MSAL, 2016). En el grupo de 15 a 19 años, la mortalidad es más elevada, alcanzando una tasa de 12,7 suicidios cada 100.000 habitantes, siendo la tasa en los varones 18,2 y en las mujeres 5,9 (MSAL, 2016). Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad la mortalidad por suicidio en adolescentes se triplicó considerando el conjunto del país (MSAL, 2016).
Por supuesto que son cuestiones multicausales; sin embargo el ámbito escolar que es donde los niños y adolescentes pasan gran parte de sus días, debería estar capacitado para detectar este tipo de casos y trabajar sobre ellos preventivamente.
De esto no se habla. Por eso es tal la indignación que me provoca ver esta pantomima de cínicos abrazados caminando con cara de compungidos utilizando la educación para financiar los pocos privilegios que les van quedando, que no digo lo que pienso porque si no van a decir que soy un maleducado.
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